La sostenibilidad en la alimentación: más que una tendencia


La seguridad alimentaria es uno de los grandes desafíos que enfrenta el planeta, el rol de la comunicación es fundamental para abordarlo.

En un mundo donde la población global continúa creciendo y los recursos naturales se vuelven más escasos, la sostenibilidad en la alimentación se ha convertido en una cuestión crítica. No solo se trata de lo que ponemos en nuestro plato, sino también de cómo esa elección afecta al medio ambiente, la economía y la salud. La comunicación asertiva sobre la sostenibilidad en la alimentación desempeña un papel crucial en esta ecuación, ya que educa, motiva y guía a las personas hacia opciones alimenticias más responsables.

Algunos datos importantes para tener en cuenta

Según el último Informe mundial sobre las crisis alimentarias, el número de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda y requieren asistencia urgente en materia de alimentación, nutrición y medio de vida aumentó por cuarto año consecutivo en 2022, cuando más de 250 millones de personas padecían hambre aguda y habitantes de siete países se encontraban al borde de la inanición (grave reducción en los nutrientes). 

Así mismo, la inflación interna de los precios de los alimentos sigue siendo alta en todo el mundo. Según datos del Banco Mundial, la información del mes más reciente que se dispone de datos (entre febrero y mayo de 2023) señala una inflación alta en la mayoría de los países de ingreso bajo y mediano, con niveles superiores al 5% en más del 63% de los países de ingreso bajo, el 79.5% de los países de ingreso mediano bajo y el 67% de los países de ingreso mediano alto. 

En Colombia, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas tras la Evaluación de Seguridad Alimentaria para Población Colombiana, reportó una inseguridad alimentaria moderada y severa en el país del 30%. Sin embargo, en regiones como la caribe y pacífica la inseguridad alimentaria supera el 40%. La Guajira, Sucre, Córdoba, Cesar y Chocó evidencian una prevalencia superior al promedio nacional, mostrando la cifra más alta Córdoba (70%), seguido por Sucre (63%), y en la región del llano, el departamento de Arauca (62%).

La alimentación es una de las actividades humanas con mayor impacto global: es responsable del 26% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según estudio publicado en “Science”. Su producción utiliza el 48% de los recursos naturales, el 70% del agua dulce y contribuye notablemente a la deforestación y la pérdida de la biodiversidad, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Transiciones clave según la Visión 2050 Colombia

 La Visión 2050 Colombia de CECODES, es una hoja de ruta con soluciones escalables en el corto, mediano y largo plazo, que tiene como objetivo pasar de la teoría a la práctica, alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y a los cinco criterios del WBCSD y CECODES, por medio de nueve caminos de transformación. 

Uno de estos caminos es el de la alimentación que propone tener un sistema alimentario en todo el territorio colombiano, al año 2050, que sea regenerativo y equitativo, además que produzca alimentos saludables, seguros y nutritivos. Para esto, se plantean seis transiciones clave:

Alimentación sostenible, más allá de las tendencias

De acuerdo con la FAO, a pesar de los éxitos de la agricultura en las últimas tres décadas, los sistemas alimentarios y las dietas actuales no son sostenibles. La alimentación sostenible parte de una producción de alimentos con un impacto ambiental reducido, respeta la biodiversidad y los ecosistemas, es culturalmente aceptable, económicamente justa y asequible, nutritiva y saludable. 

Aunque los alimentos son el producto final, la meta es lograr una industria alimentaria que sea sostenible en todos los eslabones de la cadena, es decir, en todas las etapas por las que pasan desde su producción hasta su consumo, incluyendo su empaquetado, su transporte y su venta.

Hábitos para una dieta sostenible

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha planteado una guía con recomendaciones para implementar hábitos que permitan llevar a cabo una dieta más sostenible: 

  1. Reducir el consumo de alimentos de origen animal, especialmente de carne que se convierte en clave para luchar contra el cambio climático. 
  2. Evitar el desperdicio de alimentos, lo que se relaciona con una de las metas del ODS 12. 
  3. Consumir productos locales o elaborados en entornos locales, lo cual reduce el impacto ambiental e incentiva la economía local. 
  4. Consumir productos de temporada ayuda a reducir las emisiones de GEI y favorece la sostenibilidad de la tierra. 
  5. Elegir productos a granel disminuye el impacto ambiental al reducir el uso de envases, en su mayoría elaborados con plástico. 
  6. Disminuir el consumo de productos procesados y optar por productos frescos, locales y de temporada.

La importancia de la comunicación asertiva 

  1. Conciencia pública: La comunicación efectiva aumenta la conciencia pública sobre los problemas de la sostenibilidad en la alimentación. 
  2. Información accesible: La información sobre alimentos sostenibles debe ser accesible y comprensible para todos. Esto incluye etiquetas de alimentos que indiquen su origen y huella ambiental, y una mayo transparencia en la cadena de suministro. 
  3. Innovación en la industria: La presión de los consumidores conscientes de la sostenibilidad, impulsa a la industria alimentaria a innovar y adoptar prácticas más sostenibles, desde la producción hasta la distribución. 
  4. Empoderamiento del consumidor: Una buena comunicación empodera a los consumidores al brindarles información necesaria para tomar decisiones conscientes y sostenibles en la compra de alimentos

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